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La Puerta de Alcalá está situada en la Plaza de la Independencia, en donde también nos podemos encontrar con la Puerta de España, que es la entrada principal a los Jardines del Retiro.
Carlos III ordenó su construcción a Francesco Sabatini, y su nombre se debe a que de aquí partía el camino que conducía a Alcalá de Henares. Hubo varios proyectos presentados por Ventura Rodríguez y José de Hermosilla. Sabatini presentó un proyecto con dos acabados distintos, lo que hace que la Puerta de Alcalá sea distinta en cada una de sus fachadas.
De estilo neoclásico, está construida en piedra berroqueña. Tiene cinco vanos, dos de éllos con arco adintelado, los laterales, adornados en la parte superior por cornucopias, y que cuando se construyó tenían rejas que se cerraban cada noche. Los tres centrales tienen arcos de medio punto con claves con cabeza de león.
Se inauguró en 1778 como una auténtica puerta de acceso a la ciudad desde Aragón y Cataluña, pues a sus lados seguia existiendo la cerca que delimitaba Madrid, y que no fue derribada hasta 1869. Se convirtió en la entrada principal a la Villa.
Una de las fachadas tiene diez columnas adosadas, y la otra sólo cuatro, las otras séis se han sustituido por pilastras. El conjunto está rematado por una cornisa, en la que figura una inscripción en latín: “Siendo rey Carlos III. Año 1778.” Otros elementos decorativos son: un escudo sostenido por la Fama y el Genio, las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza; y cuatro esculturas de niños.
Anterior a esta puerta había otra construida en honor a la llegada a la ciudad de Margarita de Austria, esposa de Felipe III, aunque era algo menor y construida en ladrillo en 1599. Fue por esta puerta por la que entró Carlos III a su llegada a Madrid. Fue derribada en 1764 con motivo de la ampliación de la calle de Alcalá.
En 1823 recibió el impacto de varios proyectiles durante la intervención de los denominados “Cien mil Hijos de San Luis”, ejército francés que a solicitud de Fernando VII vino para apoyar el absolutismo, en aposición a los liberales cuyo gobierno llevaba instaurado tres años.
La Puerta de Alcalá es atravesada cada año por rebaños de ovejas transhumantes, pues es cañada real, según indican los mojones que hay a cada lado de la calle.