TEATRO REAL

Fue la reina Isabel II quien se preocupó de que hubiera un teatro de ópera para acoger a la corte, y en esta línea cedió los solares del Caño del Peral para su construcción, una vez demolido el viejo teatro o Coliseo de los Caños del Peral, mandado construir por Felipe V en 1737.

Antonio López Aguado fue el encargado de proyectar y dirigir las obras del nuevo teatro. Sin embargo aunque las obras se comenzaron con buen ritmo pronto tuvieron que abandonarse ante la falta de dinero, historia que se repitió unas cuantas veces. Finalmente Francisco Cabezuelo terminó las obras y el edificio pudo ser inaugurado por la reina Isabel II el 19 de noviembre de 1850 con el estreno de la ópera “La Favorita” de Donizetti.

El edificio está asentado sobre una planta hexagonal irregular con dos fachadas principales de gusto clásico que dan respectivamente a las plazas de Isabel II y de Oriente. El interior del teatro tenía una capacidad para 2.000 espectadores, distribuidos en cuatro órdenes de palcos y la platea, siendo el escenario uno de los más grandes que se habían construido en Europa.

La magnitud de la construcción permitió disponer grandes salones de baile y descanso, salas para fumadores, guardarropas y un café, aunque al poco tiempo parte de estas dependencias se convirtieron en la sede de la Escuela Nacional de Música y Declamación.

El 20 de abril de 1867 se produjo un incendio en el gran salón de baile que utilizaba la escuela para los ensayos, y que afortunadamente no se extendió hacia otras dependencias del teatro.

Con posterioridad se han venido realizando sucesivas reformas en el edificio, destacando la realizada por Joaquín de la Concha en 1884, que alteró la composición arquitectónica original de parte de las fachadas laterales y frontales. En 1925 Antonio Flórez Urdapilleta cambió el antiguo armazón de madera por una estructura de hormigón armado y triplicó el espacio útil del teatro. Durante la Guerra Civil las dependencias del teatro se convirtieron en un polvorín.

Posteriormente en parte de sus dependencias se instalaron las sedes del Real Conservatorio de Música, de la Escuela Superior de Arte Dramático y del Museo de la Música.

La última reforma se ha realizado entre 1988 y 1997 para reconvertir la institución en lo que siempre había sido, un teatro de la ópera.